martes, 28 de febrero de 2012

Sensaciones de mierda.....


-Que es al pedo ser "divina" con alguien que no está "abierto a verte" con otros ojos. 
-Que por más que intente que se enamore, no tengo la fórmula, y no va a hacerlo si no quiere. 
-Que todo es una reverendísima mierda... 
-Querer reventar el celular contra la pared. 
-Querer reventar un vaso contra la pared y que se rompa y que haga mucho escándalo -y no hacerlo porque me da fiaca levantar los pedazos, o descontrolarme y quedarme sin vasos en realidad... - 
-La puta sensación de tener una cebolla en la nariz que no deja que pare de llorar. 
- Qué más? a ver.... ah, cierto, el maldito insomnio.... la puta sensación de imaginarlo con otra y que eso me joda abismalmente, acostarse con la nariz tapada por las lloriqueadas y no poder respirar. Sumemos a esto las divinas ojeras que me cargo y bingo! 






miércoles, 22 de febrero de 2012

Catarsis...



Necesito concentrarme.... urgentemente!!! necesito estudiar y que me rinda! 

Chico extremadamente lindo me contacta por facebook.... tan lindo que hasta me resulta sospechoso... parece un actor o algo así. De Buenos Aires.... dice que si yo lo "requiero" se viene urgente.... me acordaba de las historias de Marietta o de "diario de una decepcionada" (disculpen chicas que no sé como etiquetar bien) y me imaginé que me encontraba con cualquier cosa menos lo de la foto. De todas formas, sólo quiere un "encuentro" "encontronazo" o como le queramos llamar.... y yo ahora no quiero eso. A pesar de la exuberancia de su buen aspecto, no quiero eso... ya bastante con P y mi enrosque.... y con que para mí no es tan light como para él.... sí, bastante con eso! 

Estuve averiguando para empezar curso de fotografía a principios de abril. Me viene genial porque ya voy a haber rendido (si me pongo a estudiar de una buena vez y llego...). Y estuve viendo cámaras en mercado libre. Han comprado por ahí? mi vieja le tiene una desconfianza atroz, pero como quiero tratar de comprarla yo quise buscar el lugar más barato posible. 

Me agarra la locura.... la locura y la ansiedad. Necesito empezar un gimnasio urgente. Tendría que inscribirme en el primero que vea... por el primero que pase! y si no me gusta a joderse!!! hay que empezar... por lo menos. Mi nutricionista planea que baje 6 kilos más.... y si no ayudo un poco con ejercicio lo veo jodido, ya me estoy hartando de la dieta y me agarran los putos atracones, todo mal! 

He soñado cada cosa rara últimamente..... soñé que tenía que matar a un chancho jabalí (nunca en mi vida he visto uno, pero mi abuelo explicó cómo se mataban los chivos y yo me impresioné... ) y estaba con alguien y le delegaba la tarea, pero como era medio inútil me tuve que hacerme cargo, y de repente un rey me secuestraba y me encarcelaban. Estábamos en un desierto con una onda yanqui... yanqui de películas porque no conozco en realidad. Bueno, eso y otras cosas, pero me cansé de escribir.... 

Ustedes cómo andan? me voy a estudiar... un rato al menos. 
Besos

PD: Esos no son mis pies, pero podrían serlo porque soy patona... y necesito ir a que me hagan las manos y los pies... eso debería relajarme... pero es caro, qué bajón! 

lunes, 20 de febrero de 2012

Cruce en el camino...

Rumbos ajenos... 
te cruzás conmigo, 
me crucé con vos. 
-Me esperás? 
-Te sigo... 
-Dame la mano... 
-Te doy mi abrazo. 
-Venís? 
-Voy! 
Te miro y sonrío. 
-Me besas? 
Qué lindos tus labios... 
Te escucho... 
-Contame
-Soñé con vos... 
- Es que te estaba llamando desde mi sueño... 
-Te parece? 
-Tengo la certeza! 
-No dormís? 
-Si me abrazas, probablemente... 
-Te abrazo entonces... 
-Me estás mirando? 
-Sí, cada vez que puedo. 
-Me vas a hacer sonrojar! 
- te queda lindo... 
-Vos sos lindo... 
-Te quedás? 
-Todo lo que quieras... 

PD: Aclaro que esto no es una situación real. Al menos no por ahora... 
Besos

jueves, 16 de febrero de 2012

Cambio de Roles?

Y si jugamos tu juego pero yo me olvido de vos primero?
Y si de repente te molestara más mi ausencia de lo que a mí me afecta la tuya?
Y si pensaras más horas al día en mí de las que yo pienso en vos?
Y si ya no soñara con vos... y de repente vos sí soñaras conmigo?
Y si, capaz.... no te soy indiferente? y si te morís de celos?
ah? qué tal? hacemos el cambio? 

miércoles, 15 de febrero de 2012

Mi amante secreto de hoy....

Sí, me enamoré de Jeff Bridges señoras y señores... sí, sí... ya le había echado el ojo pero ayer tuvimos un par de miraditas complices y yo flashié...
Y a quien me diga que podría ser mi abuelo le digo dos cosas:
1) no me gustan los niños... y
2) por suerte NO LO ES!

Y díganme, no es hermoso?


Quién es su debilidad/amante secreto de hoy?
Besos

lunes, 13 de febrero de 2012

Hoy escribe Mario: La estrella de Gustavo




Según una frase popular, hay gente que nace con estrella y gente que nace estrellada. Pero qué hay de toda esa otra gente que está en un punto intermedio. Esa gente que por momentos nos genera envidia y al rato siguiente la vida le da una cachetada y agradecemos no estar en sus zapatos. Esta es la historia de Gustavo.

Desde chico Gustavo había aprendido la importancia de esforzarse y sacrificarse en pos de un objetivo, de una meta deseada. Su padre había sido el trabajador por naturaleza. No era un workaholic. El workaholic trabaja porque no sabe hacer otra cosa. El padre de Gustavo lo hacía por necesidad, pero también sabía aprovechar el fruto de ese trabajo.

Físicamente, Gustavo no era muy agraciado. Era alto, sí, muy alto. Y flaco. Muy flaco. Su aspecto por momentos recordaba las caricaturas de los nerds. Cara chupada, nariz prominente, anteojos de gruesos vidrios. Pero su carisma era insuperable. Él se sentía Paul Newman (por nombrar a alguien de aquella época) y transmitía esa imagen.

Cursó la primaria y luego el industrial. Y apenas terminada la secundaria, a rendir el ingreso a la Facultad. Por supuesto lo aprobó. Y en esa misma Facultad, en esa misma carrera, en esa misma materia, en ese mismo horario, se anotó Nélida.. Lo insólito era cómo no se habían conocido antes. Llevaban años viviendo en la misma manzana del barrio de Pompeya y jamás se habían cruzado. O si lo habían hecho, no habían reparado el uno en el otro.

Una compañera de Nélida le preguntó, señalándoselo,  si lo conocía. “No. Bah... sí, creo que vive a la vuelta de mi casa.” “Te vas a casar con él”, le dijo la compañera. Nélida la miró incrédula.

Carolina se hizo amiga de los dos, pero por separado. Y como los tres cursaban y trabajaban, les propuso reunirse los sábados para estudiar. Carolina vivía en las afueras de la ciudad y sus padres solían irse al campo los fines de semana. Por lo tanto, la casa quedaba sola y silenciosa. Ideal para estudiar esa materia tan complicada. Aunque para Gustavo era más sencilla por su formación.

Dije que los tres trabajaban. Al mismo tiempo que preparaba el ingreso a la Facultad, Gustavo se puso a buscar trabajo. No tardó en conseguirlo, en un laboratorio medicinal del centro geográfico de la ciudad. Empezó de abajo, pero de a poco fue escalando posiciones. Y cuando lo único que le quedaba chico era el sueldo, le propusieron ser jefe del sector envases. Gustavo no sabía nada de envases, pero aceptó y se puso a aprender. No tardó en ser un entendido en la materia. Siempre el esfuerzo, el sacrificio, el no decir no a las posibilidades de crecer por complejas que parecieran.

La cosa es que tanto viaje en tren los fines de semana, ida y vuelta a la casa de Carolina rindió sus frutos. Gustavo y Nélida se pusieron de novios.

Nélida tampoco era muy agraciada. Bajita, gordita, algo caderona. Pero su par de ojos azules y su sonrisa eran absolutamente seductores. Lo importante es que más allá de sus respectivos aspectos físicos, los dos se gustaban y era más que evidente que estaban hechos el uno para el otro. Y pensaron en casarse. Pensaron en un futuro. Querían estar recibidos para cuando llegara ese momento. O que faltara poco. Y también querían tener su vivienda propia. Nada de alquilar.

De a poco fueron juntando dinero hasta que pudieron inscribirse en la compra de un departamento a construir. Siempre en el barrio de Pompeya. Iba a ser un importante esfuerzo todos los meses y armarse de paciencia hasta que estuviera terminado. Ese era el espíritu de los dos.

Habían pagado una sola cuota cuando el país se vio sacudido por un cimbronazo político y económico. El famoso “rodrigazo”. Los precios (incluida la cuota del departamento) se dispararon. No así los sueldos. Tuvieron que privarse de muchas cosas. Prácticamente no salían. Nada de cine, de cenar afuera, ni siquiera un café. Era un sábado en la casa de uno, el siguiente en la del otro. Casa de los padres, obviamente. No era común en esa época que un joven de veintitantos años viviera solo.

Lograron entrar a trabajar como docentes en la misma Facultad donde estudiaban. Eran dos trabajos y el estudio, pero gracias a eso iban saliendo adelante. La vida, sin embargo, le deparaba otro golpe a Gustavo. El mismo día en que le salía la jubilación, una pertinaz leucemia se llevaba a su padre. No era solo la muerte de su progenitor. Era un modelo de vida que se veía derrumbado. Gustavo siguió adelante.

El departamento estuvo construido, y gracias a la ayuda de amigos y parientes pudieron cubrir los gastos de posesión. Por fin podían casarse. Y así lo hicieron. Durante el año siguiente, se recibieron. Para Gustavo significó, además, un ascenso. Y un retorno a temas más vinculados con su carrera.

Ese esfuerzo que tanto pregonaba Gustavo les permitió, cuando cumplieron tres años de casados, mudarse del diminuto dos ambientes de Pompeya a un amplio cuatro ambientes en Flores. Quizá era mucho para ellos dos, pero ya pensaban en hijos y no querían que el destino los tomara desprevenidos.

Paralelamente, Gustavo cambió de trabajo. Esta vez a una empresa cosmética en el Gran Buenos Aires. Más viaje, un tema del que no conocía tanto, pero mejor sueldo y más posibilidades de ascender. En teoría. En la realidad las cosas no marcharon bien económicamente en la empresa y a la hora de achicar gastos, los más nuevos, entre ellos Gustavo, quedaron en la calle.

Se podría decir que salió ganando. La misma persona que lo había llevado a la cosmética, le consiguió trabajo en un laboratorio medicinal, muy cerquita del que había sido su primer trabajo. Y con un cargo más importante.

Donde no tenían éxito era en el rubro paternidad. Consultaron médicos, hicieron tratamientos, todo infructuoso. Cuando se cansaron de ver la cama convertida en un laboratorio, se decidieron a adoptar. Así llegó Selena a sus vidas. Una morocha muy perspicaz que les cambió la vida.

Gustavo siguió progresando. Un par de años más tarde pasó a trabajar a un laboratorio que antiguamente había sido la filial de una importante multinacional, pero ahora era nacional. En el puesto más alto que su título le permitía alcanzar. Y con un sueldo acorde.

Se mudaron a un semipiso en Recoleta. Se compraron auto importado. Y adoptaron a Horacio. Tanto o más morocho que su hermana, pero más reo. Empezaron los viajes. Por trabajo y por placer. Era la época del uno a uno y ellos la aprovecharon. La vida les sonreía.

El laboratorio donde trabajaba Gustavo tenía dos dueños. Y si bien eran socios, se llevaban a las patadas. Cada crisis entre los dos repercutía en el funcionamiento de la empresa. Gustavo había entrado por la influencia de uno de ellos. Y, por consiguiente, era objeto del odio por parte del otro. Lo que Gustavo jamás imaginó era que una pelea entre los dos socios podía dejarlo en la calle. Pero así ocurrió. De un día para el otro. Sin previo aviso.

No era la primera vez que Gustavo se quedaba sin trabajo. No. Pero las circunstancias eran muy distintas. La otra vez estaban los dos solos, y el sueldo que ganaba en la cosmética era bueno, pero no una enormidad. Ahora eran cuatro. Difícilmente pudiera conseguir un trabajo con un sueldo igual. Había que pagar las cuotas del crédito del semipiso y del auto importado. El país se aproximaba a la crisis del 2001 y se tornaba más complicada la búsqueda de trabajo. Sobre todo cuando lo que se buscaba era bastante más que un puesto de cadete.

La angustia que le generó la situación repercutió en su físico. Tenía frecuentes ataques de acidez, irónicamente calmados por un antiácido fabricado por el laboratorio que lo había despedido.

Dos meses estuvo Gustavo sin trabajar. Finalmente pudo entrar a un laboratorio de alimentos dietéticos. El cargo era el mismo, pero esto no era una ex multinacional. El sueldo era significativamente menor. Y tenía que viajar todos los días hasta una inhóspita y peligrosa zona del Gran Buenos Aires.

A pesar de que la situación algo había mejorado, los problema digestivos empeoraron. Los ataques de acidez dieron paso a fuertes dolores de estómago después de cada comida. Le diagnosticaron cáncer de estómago. Según el médico que lo atendió, era un caso de libro. Una fuerte crisis emocional había generado primero la acidez y luego la aparición de los tumores.

Fue operado. Le sacaron todo el estómago. Además de un importante número de ganglios. Y luego se sometió a rayos y quimioterapia. Los primeros dos años fueron alentadores. Los marcadores iban bajando mes a mes. Pero luego vino el rebote. Se probaron entonces remedios que estaban en fase experimental y medicinas alternativas. Todo sin éxito. El cáncer se fue extendiendo a otros órganos.

Gustavo falleció el 17 de mayo de 2004. Dejó una esposa y dos hijos. Y un ejemplo de tesón y lucha en la vida.


0 relax

Gente querida: no sé si a todos les habrá llegado el mensaje de que tuve que cambiar la url del blog... y no sé cómo hacer para avisarles a los que no tenía como contacto en algún otro medio... 
creo que lo más seguro sería borrar ciertas entradas y bueno, relajarme... 

pero ahora no estoy relajada..... 
y encima tengo que hacer trámites, que mañana detestable... 
besos

jueves, 9 de febrero de 2012

Poema V

Resulta que a veces,
Sólo a veces,
Me acuerdo de vos y sonrío…
Se me dibuja en el rostro
Una expresión distinta,
Más espontánea seguramente,
Que todas las sonrisas forzadas
Que me salen de vez en cuando.
Resulta que entonces,
Me pregunto,
Por qué mi sonrisa se va… y a dónde.
Mis ganas de estar con vos
Me nublan la vista…
Tu imagen se lleva mi concentración
A otra parte,
Y no puedo borrarla.
Y si apareces,
Me detengo y te miro,
Contengo la respiración
Para así congelar el momento,
y volver a mirarte después. 

(Creo que había sido inspirado en situación imaginaria...)

miércoles, 8 de febrero de 2012

Así viene la cosa en el día de hoy...

La cosa viene más o menos así: el estudio/necesidad imperiosa de estudiar me viene pisando los talones. Pero mi cerebro es medio disperso, y vuela cuando no debería... me cuesta horrores concentrarme, pero ya no tengo tiempo para esos asuntos. La semana que viene tengo que presentar una propuesta para un grupo de investigación y vengo muy atrasada.
Para inspirarme, me compré cartuchera y cosas para su interior nuevas, todo bello como para que me den muchas ganas de gastarlos! Ya sé, estrategia muy de criatura, pero bueno... a veces me salen las niñadas.
Cambiando de tema: (lo resumo porque no puedo colgarme escribiendo mucho hoy, disculpen), los otros días me junté con P, desde las 23 hasta las 11:30 del día siguiente. A la mañana lo acompañé a comprar zapatos y zapatillas y después desayunamos en un café en el centro. Y nos despedimos en plena calle con un beso. Me pareció un avance, no me sentí en algo oculto al menos. Y la pasamos re bien.
Mi hermano tiene una actitud medio extraña con el asunto de todas formas... los otros días le conté, bah, le dije que "medio que estaba saliendo con alguien", y le dije quién era... pero no hizo comentarios ni nada, como si no le hubiera dicho nada. Y cada vez que comento algo de música que "antes no sabía", me pregunta: "y de dónde sacaste eso?" o "quién te dijo eso"?. Calculo que me zarpé un poco con no avisarle que no iba a volver en la misma noche, pero tampoco lo sabía. Yo me hubiera preocupado también pero... no sé. A las 10 de la mañana me mandó un msj "Hey gorda, qué onda?? cuándo volves?". No sé si lo hace de celoso, preocupado, o de pesado nomas...
Ustedes cómo andan? Besosss

sábado, 4 de febrero de 2012

De copas...

A todos: muchas gracias por haber estado antes de ayer... (y siempre en realidad). Me sirvieron muchísimo sus palabras, y me sentí acompañada en todo momento. Antes lo peor de mis bajones emocionales era que me sentía sola, pero ahora no, siento que ustedes están ahí, siempre. Así que gracias gigantes!

Ahora, les cuento novedades?


Resulta que no pude con mi genio y le terminé escribiendo, sólo que "cómo andaba..." me contestó que bien y me preguntó que cuándo nos veíamos...
Le pregunté si quería que saliéramos a tomar algo a la noche, me dijo que tenía ensayo y no sabía a qué hora se desocupaba pero que me avisaba...
A las 12: 30 me escribió que se acababa de desocupar, si quería que viniera... le dije que sí. Salimos.
Salimos a tomar algo por primera vez, al mundo exterior... antes siempre nos veíamos en mi departamento... Fuimos caminando, charlando. Nos sentamos en un bar, tomamos unos tragos: yo pedí caipirinha y él uno innombrable... o a mí me resultó muy extraño el nombre...
Después terminamos en uno de esos lugares que están para cuando una ya no dispone de su departamento porque volvió su hermano... salvo esos que son carísimos, el resto son medio feos me parece... pero bueno, no le prestamos demasiada atención de todas formas... 

Fue todo muy genial, pero ésta vez no tengo ganas de extenderme demasiado... 
Creo que voy entendiendo que en realidad él no es tan expresivo como yo en palabras por ejemplo... o que sus tiempos son diferentes... qué se yo. 
Ustedes cómo andan? y cómo ha sido su experiencia en "esos lugares"? 
Besos

jueves, 2 de febrero de 2012

Ganas de llorar...

Sé que me han dicho todo consejo habido y por haber, sé que están, y a pesar de todo no puedo evitarlo, tengo ganas de llorar escandalosamente... veo fotos o gente expresándose sus "amores" y se me llenan los ojos de lágrimas, leo cosas... actitudes tiernas, y también. Es casi una constante en estos días, no puedo controlarlo y sin embargo, no lloro todo lo que tendría ganas. Soy una represión ambulante, voy caminando por ahí con mis lentes negros con boca triste, que seguro se nota pero no me importa. Y se me nota. Se nota que quiero llorar con muchas ganas, me lo han dicho, se me ve en la cara, se me escucha en la voz, se me nota en el cuerpo. Siempre trato de evitarme el llanto, porque me quedan los ojos muy rojos por un buen rato y es bastante imposible ocultarlo, y no quiero dar explicaciones, no quiero que me pregunten por qué lloro (en mi casa por ejemplo). No quiero que me escuchen. Entonces... es como un llanto constante, pero para adentro, me trago las lágrimas que no salen y la bronca de saber por qué están ahí... latentes a cada rato.


PD: y disculpen la depresión... yo sé que soy un embole así... pero no sé cómo cambiar en este momento...